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A veces dejamos que las cosas se acumulen en casa, simplemente porque pensamos que es “almacenamiento gratuito”. Puede ser que tengamos un “cuartito de tiliches” o simplemente que las cosas que no usamos ni necesitamos (al menos por un tiempo) están distribuidas por toda la casa, en nuestros clósets, cajones, baños de servicio, alacenas… Es fácil reconocer este fenómeno porque nuestra casa se siente siempre llena, como que no le cabe más, y cuando necesitamos algo es necesario mover mil cosas para poder usarlo, en el afortunado caso de que sepamos dónde está.

El hecho es que, en realidad, ese espacio no es gratuito. Es el mismo espacio por el que pagamos para vivir, para relajarnos, para ser familia. Es donde deberían caber las nuevas cosas que nos traen alegría, en lugar de pensar siempre “es que ya no cabe nada en casa”. Y la parte que dedicamos a guardar “tiliches” en ese espacio puede llegar a ser bastante significativa. Tanto, que puede disminuir nuestra calidad de vida.

¿Realmente necesito guardar todo esto en mi casa?
Un primer paso para evaluar este espacio es preguntarte: ¿realmente necesito guardar todo esto en mi casa? ¿Cuáles de estas cosas voy a usar en la semana actual, en los próximos 15 días, en esta estación del año? Cuando sepas cuáles son las cosas de las que puedes prescindir por un tiempo, estarás en posibilidades de saber exactamente cuánto espacio puedes ganar en tu casa, si usas la calculadora de espacio.

Tal vez unos metros no te parezcan mucho, pero pueden significar closets vacíos, un cuarto de juegos, un espacio para tus hobbies. Deja que tu imaginación decida. Recupera tu espacio.